domingo, 10 de enero de 2010

Boat Beam. El triángulo equilátero del Folk.




La inquietud es una cualidad que el ser humano debería mimar y potenciar hasta la extenuación, hasta alcanzar sus metas, realizar sus sueños, lograr descifrar los enigmas de su existencia; El resultado de viajes, casualidades y coincidencias suele ser el punto de partida de grandes historias, como la que presento a continuación.

Un día alejado de otro cualquiera, Josephine Ayling decidió facturar su funda de guitarra en aeropuertos de Reino Unido y su Australia natal, poniendo rumbo a Madrid e iniciando un cambio en su vida, como solista, desprendiéndose de un exceso de equipaje como componente de bandas del Indie local en Sydney (Terrapin o Sparkadia).

Desde tierras americanas, Alisha Buttke decide dar el mismo paso tras haber participado en diversos proyectos de música clásica, jazz y rock, tocando la viola.

Madrid como testigo de excepción presenciará como la afinidad musical y personal, propiciará el nacimiento de un dúo llamado Boat Beam que inicia un ilusionante viaje melódico a través del sonido underground en pequeños locales de la capital española, ofreciendo billetes de ida a lugares lejanos, y exquisitas delicias instrumentales que protegen en la calidez del hogar. Momento en el cual aparece Aurora, que hasta la fecha había trabajado como chelista con Russian Red, Christina Rosenvinge o Superjelly.

Boat Beam usando las cuerdas de su guitarra, su viola, su chelo y su piano, tejen música que suena a Debussy y Satie pero también a The Cinematic Orchestra y The Divine Comedy. Con sus voces, imposible es no pensar en Fiona Apple o Tori Amos pero también como las que cantarían escritores como Sylvia Plath o Patrick Süskind si se hubiesen dedicado a ello.

Como si se tratase de un partido amistoso entre Laura Marling, Alela Diane y Jenny Lewis contra promesas como Russian Red, Alondra Bentley y Anni B Sweet.

Puzzle Shapes (Origami Records, 2009) es como un día soleado en un festival folk. Resulta realmente fácil dejarse llevar por las melodías de sus diez canciones y el canto de sirenas de Josephine, Alisha y Aurora, más aun cuando hacen que afloren los sentimientos, cuando puedes disfrutar de momentos tan íntimos con The Rain Paulycon arpegios y juegos vocales deliciosos; o bucear en el oceánico Fallin over con un piano embriagador, que genera un brainstorming de pensamientos y emociones, a veces controvertidas; Lion Hunt no es el cuadro de Rubbens, sino el tema más representativo de un Indie actualmente generalizado, con arreglos de corte clásico, que hace de Boat Beam algo más que un simple producto de indie pop, con una buena dosis de sensibilidad que siempre es un valor añadido a la hora de escuchar a nuevos grupos. Y que decir de "One Becomes Two", una auténtica maravilla.

Sus canciones ofrecen un pop clásico, actual, atemporal, que enamoran para siempre a la primera estrofa, que nos regalan sus experiencias, sus pasiones, sus anhelos, sus aventuras… Su vida.



Porque siempre hay una canción.

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